Los viernes acostumbro ir a comer donde me gusta, caminar con toda calma, escucho el bullicio, el silencio y mis pensamientos. Me alimento desde antes de llegar y mi postre son todas las ideas con las que me voy. Me gusta más cuando veo a mis amigas, platicamos, comemos o bebemos como si el tiempo no pasara. Me encanta verlas y platicar de nada en particular, solo escucharlas, reír y vivir.
Para mí el viernes es más que solo un cierre de semana, Es un día de comunión; complicidad conmigo y para mí en todo sentido, porque además es mi cita, me quiero y me consiento, me siento en plenitud porque tanto amo la compañía de los demás como la mía.
Si te preguntas porque tengo tanto libre, lo cierto es que no lo tengo. Quienes me conocen saben que todo el tiempo estoy haciendo algo o trabajando sin parar, juntas, propuestas, llamadas, archivos... sin embargo hago todo lo que esta en mí para tener este día, es una importante cita a la que nunca me gusta faltar.
Hoy que es mi día, terminaré con una rica comida, caminar, hacer mis deliciosas rutas de compras, una rica cerveza y un baño tranquilo con música y paz.
Con este ritmo tan acelerado nos merecemos regalarnos una cita para siempre recordar el ser humano que somos y disfrutar de nuestra propia paz.
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